Mièrcoles 2 de mayo de 2018 – Mensaje de la Santìsima Virgen Marìa (Milàn)
La Santìsima Virgen Marìa se apareció en una visión a Michelino, oraba y tenía las manos y la mirada hacia el cielo y luego de unos momentos ha dejado el siguiente mensaje:
“Queridos hijos, gracias a la infinita bondad, amor, misericordia y perdón de Dios Padre Todopoderoso, aquí estoy, aquí estoy en su nombre para agradecerles. Agradezco a todos nuestros hijos que han acogido las palabras que mi Hijo manda sobre esta tierra. Agradezco nuestros hijos que se han tomado el empeño de orar en un horario insólito como mi Hijo ha pedido e invito a toda la humanidad, a quienes llegan estas palabras, de ser siempre màs numerosos por el bien del presente y la serenidad del futuro. Gracias por esto. Agradezco en este inicio del mes todos nuestros hijos que se donan al Santo Rosario, en este mes en particular. Les ruego, a cada uno, que se tomen en serio estos momentos. Cada palabra de oración que sale de la propia boca, que sea donada con amor y sinceridad. La bendición de Dios Padre Todopoderoso, descenderà abundante a quien lo invoca con amor. Les agradezco por este empeño. Les invito a perseverar con el diálogo, el amor, la caridad, el perdón. Les invito a que el diálogo no sea una acusa, un juzgar los propios hermanos y hermanas. Les ruego que liberen sus corazones de espìritus que no son de mi Hijo, solo asì cada oración se transforma en alabanza, en amor. El hombre no puede concebir en su mente, en su corazón la palabra “amor”, hay siempre algo dentro que molesta, que lo distrae, momentos de tensión, de angustia. Muy bien hijitos, cuando estos momentos se presentan en sus corazones, piensen a la paz, al amor, piensen a la Luz Eterna, a la Gloria Eterna. Los invito en este mes en particular, a todos los hermanos y hermanas que tienen odio y rencor, que tienen necesidad de perdón, les ruego, escuchando estas palabras, dònense a este gesto de perdón con el corazón por el bien de cada uno de ustedes y el bien de las nuevas generaciones. Hijitos, como ya se ha anunciado, los tiempos de gracia llegaràn a su fin. Esto no debe ser motivo de angustia, sino un modo para practicar a mayor razón todo lo que mi Hijo ha donado sobre esta tierra, sus palabras, sus enseñanzas de amor y perdón, no al odio. Al hombre por orgullo le cuesta aceptar estas palabras. Bienaventurado será quien se donarà al perdón total. Mi Hijo ha dejado palabras de vida sobre esta tierra desde el inicio de su venida y todavía hoy les dona palabras de salvación, de amor. Les ruego, acepten estas palabras. Los invito al respeto, a las palabras que no matan, a la reflexión, no a la impulsividad. Invito a todos nuestros hijos que sufren una injusticia de parte de nuestros pastores, por incomprensiones, por espìritus malignos que rondan para desviar del bien, a no juzgar, por cada cosa mala no juzgar. Todo será escrito en el Libro de la Vida. No se olviden de esto. Gracias por haber respondido a mi llamada. Padre, Padre, Padre, manda tu Espìritu Santo, fortalece sus corazones, en la alegría, en la perseverancia, en el perdón. Padre te lo pido nuevamente, Tu que los amas uno a uno y los llamas uno a uno manda tu Espìritu Santo, màndalo con potencia, sopla sobre ellos, Espìritu de confianza, de Fe. Gracias Padre por lo que obras. Gracias porque esperas a tus hijos que se encuentran lejos de ti, uno a uno. Gracias porque los quieres salvar uno a uno. Hijitos, los invito nuevamente, en la libertad que mi Hijo les ha dejado sobre esta tierra, no destruyan la propia alma. Yo como Madre, con mi amor materno los amo infinitamente, todos nuestros hijos. Me uno a la bendición de mi Hijo, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espìritu Santo. Agradezco a todos nuestros hijos que tienen un pensamiento, en este mes en particular, de amor y de sinceridad, que donan una rosa, mi flor preferida. Gracias, los quiero mucho. Amen y perdonen hijitos. Gracias, gracias, gracias de haber respondido a mi llamada.”
(Hacia el final del mensaje la Virgen ha llorado)
Miércoles 23 de mayo de 2018 – Mensaje de la Santísima Virgen María (Milán)
La Santísima Virgen María se apareció a Michelino en oración con los fieles. Inmediatamente después de sus primeras palabras ha llorado intensamente hasta el final.
"Queridos hijos, gracias a la infinita misericordia, bondad y perdón de Dios Padre Todopoderoso y por un inmenso amor maternal de una madre que ama intensamente sus propios hijos, aquí estoy para agradecerles. Gracias a todos nuestros hijos que donan amor, obras de caridad y creen en Dios Padre Todopoderoso: fuente de amor, fuente de misericordia, fuente de perdón; que se dona totalmente por todos, día a día, les agradezco. Hijitos, invito este Espíritu de fuente, de oración, que tantos hijos nuestros donan, los invito a buscarla cada vez más día a día. Hijitos, los invito siempre a non olvidarse de las santas almas que esperan a cada momento que alguien piense en ellas, que le done un pensamiento de amor con su propia oración, poniéndose en comunión con ellos; creyendo que ellos no esperan otra cosa que no sea la Luz Eterna. Hijitos, son tantas, tantas las almas que necesitan. Hete aquí la misericordia de mi Hijo que se dona haciéndoles llegar estas palabras sobre la tierra, donando bendiciones a la Cruz, a un Monte, a un lugar al que se puede llegar. Hijitos, los invito a hacer penetrar estas palabras con certeza en su corazón. Se les ha donado palabras de como llegar a este Monte Santo, a esta tierra bendecida por mi Hijo. Las tinieblas oscurecen la mente del hombre para que no comprenda esto, todo lo que pertenece al bien. Hijitos, el pecado continúa avanzando, no lo olviden, el pecado mata el alma. Por esto invito a nuestros hijos a estar con el corazón libre, a habitar en el amor de mi Hijo a través de las dificultades terrenas, a habitar en la certeza del Espíritu Santo. Invito a nuestros hijos a no dudar ni siquiera por un instante, el pensamiento de no llegar a este Monte Santo. Invito a nuestros hijos que no obran con nosotros, que no creen en nosotros, a buscar esta luz. No me cansaré nunca de repetir estas palabras. Invito nuevamente las parejas que no están unidas con el Sacramento, de proceder cuanto antes. Salir del pecado es vivir con fortaleza, con amor, con el Espíritu de mi Hijo. Les ruego, no sigan más solo con lo que les conviene en esta tierra. Hijitos, nuestro amor es imperceptible al hombre. Les ruego reciban este amor, estas palabras. Hoy, en especial, recogeré tanto sufrimiento terrenal de nuestros hijos, lo llevaré en mi corazón delante al trono de mi Hijo. Les agradezco por esto, por lo que donan. Invito a la perseverancia, a todo lo que es amor. Agradezco, el homenaje de este mes en especial, por las oraciones donadas, pero ruego a la humanidad que haya continuidad. Invito al Santo Rosario en la Casa de mi Hijo. Invito a separarse de las cosas vanas. Si al amor, si a la oración, por la vida eterna. No lo olviden hijitos, a quien dona con amor la recompensa será de medida incontenible de parte de mi Hijo. Gracias, gracias, gracias de haber respondido a mi llamada. Mediten, acepten estas palabras en estos tiempos de gracia. Padre, Padre, Padre tu que los esperas uno a uno, que los perdonas, los recibes hasta el último día, esperas su arrepentimiento, manda tu Espíritu Santo, mándalo con potencia, tu Espíritu Santo de amor, de anuncio de tu palabra. Padre, te lo pido nuevamente, manda tu Espíritu Santo, sopla sobre ellos, sopla con potencia, colma sus corazones de tu Espíritu Santo. Gracias Padre, gracias, gracias. Mi bendición se une a la de mi Hijo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Hijitos, les ruego, guarden este amor en su corazón y dónenlo a sus hermanos y hermanas. Gracias, gracias, gracias.”